Rufo es el perro de Oviedo, como Hachikō lo es de Shibuya

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Rufo era un perro de tamaño mediano, cruce de Pastor Alemán y Mastín que conquistó los corazones de los ovetenses desde su aparición a finales de los años 80.

Volvamos al año 1988, cuando el joven Rufo, aún un cachorro, protagonizó un incidente con otro perro en el Campo de San Francisco, lo que le obligó a ser puesto en cuarentena. Poco se sabe de su vida antes de ese momento, ya que era un perro callejero.

Al final, Rufo fue adoptado por toda la ciudad de Oviedo. Sin embargo, continuó viviendo en la calle, pero no le faltó ni comida ni cariño, ya que todos los ovetenses se encargaban de cuidarlo y protegerlo. Por las noches, cuando el frío se hacía más intenso, Rufo se refugiaba en los portales que los vecinos le ofrecían. El Ayuntamiento de Oviedo se encargaba de su vacunación, desparasitación y baños para evitar que el muy querido Rufo enfermara.

Lectura de la placa de Rufo

Junto a la estatua de Rufo se encuentra una placa que conmemora la obra y también homenajea los amantes de los animales:

A Rufo perro de Oviedo

Homenaje a todos aquellos que dedican sus esfuerzos a ayudar a los animales abandonados.

Obra realizada por iniciativa popular. Escultora Sara Iglesias Poli.

Septiembre 2015

¿Quién era Rufo?

Durante años Rufo gozó de libertad, sin embargo un día fue llevado a la perrera municipal. Los vecinos se enteraron y se organizo una manifestación para exigir su liberación. Ante tal presión, las autoridades decidieron soltarlo y devolverlo a su hogar: la ciudad de Oviedo.

A medida que Rufo envejeció y se convirtió en un perrito mayor, se determinó que ya no podía seguir viviendo en la calle, por mucho que le gustara. Necesitaba estar cuidado y tranquilo, por lo que fue trasladado a un albergue donde podía disfrutar del aire libre de manera controlada, sin pasar frío ni calor, y descansar con comodidad.

El 21 de septiembre de 1997, Rufo falleció a causa de un fallo renal. Tras su muerte, los vecinos de Oviedo se unieron para solicitar la construcción de una estatua en su honor y en reconocimiento a todos los perros abandonados en las calles. Finalmente, con el apoyo de la comunidad y varias asociaciones, Oviedo inauguró en 2015 una estatua de Rufo, como tributo a todos los perros callejeros.

Rufo en tamaño real

A la derecha de la estatua de Rufo se encuentra Miky, un perro también cruce de pastor alemán.

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Hachikō de Shibuya

La historia de Rufo en Oviedo y la de Hachikō en Shibuya comparten un profundo vínculo emocional con la ciudad que los acogió y la lealtad inquebrantable hacia sus cuidadores, aunque sus vidas y circunstancias fueron diferentes.

Ambos perros, Rufo y Hachikō, se ganaron un lugar especial en el corazón de las personas que los rodearon.

La historia de libertad y cariño de Rufo se convirtió en un símbolo de la solidaridad de la ciudad hacia un perro callejero que, con su ternura y carisma, unió a una comunidad.

De manera similar, Hachikō, un perro de la raza Akita de Japón, es recordado por su lealtad inquebrantable hacia su dueño, Hidesaburō Ueno, un profesor universitario que falleció repentinamente. Durante años, Hachikō esperó en la estación de Shibuya la vuelta de su dueño, lo que tocó profundamente a toda la sociedad japonesa.

Ambos perros representan no solo la conexión emocional entre el ser humano y el animal, sino también la forma en que la ciudad y su gente se vinculan a ellos, creando un legado que trasciende el tiempo. Mientras Hachikō se convirtió en un símbolo de fidelidad y amor en Japón, Rufo lo fue en Oviedo, como el perro que nunca estuvo realmente solo porque toda una ciudad lo adoptó. Ambos dejaron huellas imborrables, simbolizando la profunda relación entre las personas y los perros, y cómo su amor y dedicación no solo trascienden generaciones, sino también las barreras de la cultura y el lugar.

Al igual que la estatua de Hachikō en la estación de Shibuya, Oviedo rindió homenaje a Rufo en 2015, erigiendo una estatua en su honor, como un recordatorio de la lealtad, el cariño y la conexión especial entre los seres humanos y sus fieles compañeros animales.

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